viernes, 20 de febrero de 2009

El secreto de los niños




Fotografía de Loretta Lux.

Fotógrafa nacida en Dresden en 1969. Sus obras son un híbrido entre la pintura, la fotografía y el retoque digital. Estudió pintura en la Academia de Bellas Artes de Munich con Gerd Winner. En el año 2005 recibió el premio Infinity Award of art, que entrega el Centro internacional de fotografía de Nueva York.
Los retratos de esta artista alemana nos acercan a una realidad que recuerda al manierismo del pintor italiano, Angelo Bronzino (Florencia 1503-1572).


http://www.lorettalux.de/

jueves, 19 de febrero de 2009

Una tormenta





OBAYSCH. Primer hipopótamo del Zoo de Londres en Regent's Park, fotografiado por el Conde de Montizón en 1852.


“Siniestro delirio amar a una sombra”Alejandra Pizarnik


El viento hablaba un idioma incomprensible, se movía rápido entre las hojas doradas de aquel arce sicómoro, que ya quedaba atrás. La ventanilla del coche estaba abierta, yo misma había girado la manivela para bajar la luna. Albergaba la esperanza de que todos aquellos gritos que aún flotaban en el ambiente, chocando con las puertas, rebotando con la tapicería de los asientos y muriendo aplastados contra el volante, tuvieran alguna escapatoria.
Intente vaciar las palabras que se aferraban con uñas y dientes. Y las vi flotar transparentes y huecas. Las últimas sentencias cayeron pesadas. La carretera corrió tanto como pudo y en su frenética huida dejó un siniestro delirio. Kilómetros y kilómetros de desconsuelo. Una legua de dolor.
La sombra de un pájaro me miró con despecho. ¿Dónde estaba? ¿Qué me había llevado hasta allí? Las pesadillas y los medios sueños conquistaron las noches. Pensamientos plomizos y nubes cargadas de lágrimas se amontonaron en un cielo estrellado.
Empuje el cd y lo introduje en aquella ranura oscura que lo traduciría para mis oídos. La música adormece a los fantasmas, y las notas le descubren a uno que el paraíso no ha desaparecido sino que ha sido olvidado.
Chet Baker sopló melancólico la embocadura de su trompeta, para dar paso a su voz rasgada por las teclas del piano. Fue con “Almost blue” que comenzó la lluvia para nosotras, para mi sombra y para mí. Dicen que Chet era un tipo duro de verdad, y un terrible pesimista, siempre de mal humor y eso era lo que probablemente mi sombra pensaba de mí. En silencio recordé a Costello y a Diana Krall, unidos como nosotras por algo más que amor a la música. Ella al piano, con el pelo suelto. Él poniendo voz a su “casi azul”.
Me hubiera gustado romper aquel silencio pero no lo hice. Llegamos al pequeño hotel y entramos sin llamar. Ella oscura y enfadada. Yo funambulista, atravesando el fino hilo de acero, entre el corazón y la cordura.