lunes, 27 de diciembre de 2010

El hombre del traje


Marcel Ceuppens es un diseñador gráfico belga que con los mínimos elementos consigue comunicar muchísimo.


The end of the world


Al observar sus diseños me viene a la cabeza la serie de televisión “Mad Men”. Esos hombres, publicistas en el caso de la serie, elegantemente ataviados con traje de chaqueta y corbata, cargados con su maletín y que con su pulcritud se enfrentan a un mundo no tan nítido.



The marketing departament


Marcel Ceuppens imparte clases en el Colegio de arte y diseño de la Universidad de Sint-Lukas en Bruselas. En sus obras, los títulos juegan un papel crucial porque son ellos los que te hacen entender el mundo con el que se relaciona su personaje, ese hombre recurrente. Un mundo actual al que atiende con sorpresa y que le sobrepasa. Es inevitable pensar en Mr Hulot, ese personaje irónico y entrañable creado por Jacques Tati.




Eyjafjallajokull



htpp://web.mac/marcel.ceuppens

domingo, 26 de diciembre de 2010

Un tranvia llamado regreso


Ilustración de Adriá Fruitos


La casa luce oscura, siempre lo fue, pero ahora las bombillas, todas ellas de bajo consumo, la hacen aún más lúgubre. La lámpara del recibidor se ha fundido y entra a oscuras. Cargada con la mochila avanza hacia su habitación. El pasillo se ilumina lentamente y adquiere el aspecto de un corredor de hospital. Se le hace inevitable ver algunas imágenes del pasado circular por allí. Imágenes que como fotos antiguas la retrotraen a una época que no fue más feliz. Se cruza con un fantasma que pasa de largo sin tropezar con ella, se reconoce en él. Lleva el pelo más largo y es mucho más joven. El espectro lleva en las manos un libro y aunque lo intenta no consigue leer el título. Calcula la edad del espíritu e intuye que tal vez el autor puede ser García Márquez.

Entra a su habitación y deja la mochila sobre la cama. Mira a su alrededor, los mismos edredones, los mismos muebles, ahora desconchados en sus patas, como si hubieran sufrido una inundación emocional y la madrera se hubiera abierto como lo hacen las flores en primavera. Las paredes, los techos, todo ha envejecido. Se mira al espejo y este le devuelve una imagen ajada, la piel color sepia, patas de gallo y unas inmensas bolsas bajo los ojos.

Abre una ventana para respirar y se queda con el tirador en las manos. El frío invierno la despierta de su ensoñación y escucha un villancico que llega desde casa de sus vecinos. Eso la hace sonreír.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Retratos de familia

Elisa Arguilé es una ilustradora especializada en libros infantiles y juveniles. Nació en Zaragoza en 1972.



Título de la ilustración "Mi hermana"

En 2007 obtuvo el Premio Nacional de ilustración por su trabajo en el libro "Mi familia" de Daniel Nesquens.



Título de la ilustración "La tía Elisa"

Y en 2008 ganó el premio Junceda Iberia con el albúm "Puré de guisantes". En Inglaterra con esa expresión denominan a la niebla densa que no deja ver apenas nada. Su técnica mezcla el collage y la pintura acrílica.




Título de la ilustración "El tío Bernardo"

Todas las ilustraciones son de Elisa Arguilé y pertenecen al libro de Daniel Nesquens "Mi familia".

martes, 14 de diciembre de 2010

Buenos días




Ilustración de Ana Juan.

No hay nada peor que despertarse sobresaltado por el timbre del despertador que tu madre te regalo las navidades pasadas y que canta como un gallo que está cambiando la voz y minutos después descubrir que la noche anterior cambiaron la hora y tú no te enteraste y por lo tanto llegas tarde a todas tus citas.

En ese momento suena el teléfono y sabes quién es, por supuesto. Se trata de esa cita que durante meses has ido esquivando y que ya sin poder excusarte más tuviste que aceptar la tarde anterior y que debe estar esperándote desde hace rato.

- Bueno, si…bueno tal vez la hora del desayuno sea una buena hora. Sí, nos vemos a eso de las 8, en la pastelería que tanto te gusta, sí. Tranquila no se me olvidará. Sí ya sé que me ha pasado otras veces pero está vez no es igual. Está vez tengo muchas ganas de verte. Rememoras mientras descalzo vas hacia el teléfono y tu dedo gordo choca contra la pata de una silla.

Enfadado piensas que ahora perderás una hora de tu preciado tiempo escuchando la cháchara aburrida y repetitiva de la hermana de tu madre. Una anciana tía que se dedicó en cuerpo y alma a cuidarte durante tu niñez pero los tiempos han cambiado y ahora todo va mucho más deprisa que entonces y apenas te queda tiempo para respirar dos veces seguidas. Y en el trabajo tienes un montón de compromisos y no sacas tiempo para nada. Y sería fatal llegar tarde también a la reunión de directivos publicitarios.

Coges el teléfono e intentas disculparte pero para tu sorpresa tu tía no está enfadada sino que llora como una magdalena desconsolada. Intentas que articule una palabra comprensible pero entre sollozos lo único que consigues entender es: “magullada, como una berenjena arrugada…pobre…” Mucho más tarde descubrirás que una de las mejores amigas de tu tía, ha rodado por las escaleras y está sentada en su sillón junto a ella porque nadie de su familia tiene tiempo para llevarla al hospital.

Intentas calmar a ambas ancianas. Tu tía dice que no te preocupes sabe lo ocupado que estás y los del SAMU no tardarán en venir a por ellas. Desconsolada cuelga aduciendo que llaman al timbre y tus palabras, chocan contra el auricular y con un golpe violento vuelven a entrar en tu boca, sin poder correr por el cable telefónico porque tu tía ha cortado vuestra comunicación. En ese momento, tu corazón cruje y una sensación de culpa lo estruja violentamente.

Respiras con cierto desconsuelo y farfullas como puedes: “Bueno días.”


Ilustración de Ana Juan