jueves, 22 de abril de 2010

Milena y Ruth


Vilhelm Hammershoi (Sunbeans, or sunlight, also calle Dust Motes Dancing in the sunbeans
)


No sé porque le mentí, a veces me pasa. Es un acto reflejo que me sale natural, hasta a mí me sorprende pero mira, me dejo llevar y termino interpretando ese papel que tan bien me sale, la inocente chica perpleja por lo que escucha.
También me pasa en los taxis pero eso resulta más grave. No sé si es un modo de proteger mi intimidad o si simplemente es que soy una especie de actriz urbana que interpreta papeles en la vida real. Para el caso no importa.

Hablábamos por teléfono. Yo la había llamado horas antes a su teléfono personal y ella no lo había cogido. Y horas más tarde era ella la que desde el teléfono de su trabajo me devolvía la llamada.
Hablamos de un incidente sin importancia que me había ocurrido la semana anterior y después me dijo:

- ¿sabes que Milena y Ruth están trabajando juntas?
- ¿Ah sí?, respondí. Vaya curiosa casualidad ¿no?

Claro que lo sabía. Está ciudad es nerviosa y muy pequeña y es difícil recorrer sus calles sin que esas noticias te salgan al paso. Vas de una esquina a otra y atas uno, dos y en el tercer cabo está la noticia. “Milena y Ruth después de todo trabajan juntas”.

Sí, ya lo sabía. Me divirtió que dijera que se había reído un buen rato comentando el asunto con Milena. Aunque la verdad es que pensé que tan sólo era un mcguffin pues sinceramente creo que si no se hubieran reído de eso se habrían reído de cualquier otra cosa. Me pregunté si Milena le habría contado que nos habíamos encontrado casualmente y que ambas habíamos evitado saludarnos. Imagino que no. Milena para esas cosas es muy reservada.

Parece ser que tras la entrevista de trabajo que la empresa le hizo a Ruth, éstos no sabían si sumarla a la plantilla o no y fue Milena la que les ayudó a tomar una decisión definitiva. Esa que hizo que Ruth trabajara de nuevo.

- Pero bueno no están en el mismo departamento añadió mi amiga.

Yo sonreí. Lo gracioso del asunto es que Ruth quedó conmigo la tarde en la que la entrevistaron y me contó lo sucedido. Por supuesto no nombró a Milena, probablemente no se habían visto y no sabía que trabajarían bajo el mismo techo y sobre el mismo suelo. Aunque vete tú a saber. Me dijo que le llamaron interesadísimos al poco de salir de la oficina. Parece que su currículum y su buen hacer les había dejado obnubilados. Y fíjate por donde ahora yo descubría que de no haber sido por Milena, tal vez Ruth estaría ahora comiéndose los mocos en casa. Como es la vida, ni uno mismo sabe a veces la verdad.
La comunicación de los móviles se cortó. El mío tenía muy baja la batería. Espere por si ella volvía a llamar pero no lo hizo. Así que guardé el teléfono dentro del bolso y entré en una librería. Oteé los estantes y me hice un regalo por San Jordi, un libro de un escritor uruguayo que además de escritor era pianista. Y pensé que tal vez la rosa me la regalaría alguna vez Milena.



Vilhelm Hammershoi (A woman in an interior, Strandgade 30
)


Las pinturas son de Vilhelm Hammershoi (1864-1916), pintor danés que trabajó sobre todo en su ciudad natal Copenhague, realizando retratos paisajes y especialmente una serie de interiores por los que se hizo muy conocido. (Los dos cuadros que aparecen en el post pertenecen a esa colección.)
Se casó con Ida Ilsted, hermana del artista Peter Ilsted. Ida fue modelo en muchas de los cuadros de ambos pintores. Tras la muerte de Vilhelm sus cuadros cayeron en el olvido, hasta que con el resurgimiento del simbolismo han vuelto a emerger del silencio.
En sus motivos y composiciones las pinturas de Hammershoi recuerdan a los fotogramas de su compatrióta el cineasta Carl Theodor Dreyer.


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