martes, 15 de diciembre de 2009

Imaginación en fuga



Tina Modotti fotografiada por Edwar Weston


Despertar y sentir que mi corazón da brincos, que choca contra mis costillas y retrocede hasta golpearse contra mi espalda. Saber que mi cabeza está hueca como el cuerpo de un maniquí que muestra su belleza anodina en un escaparate y disimulando la nada de su interior.

Se abre el telón de un nuevo día y las palabras se esconden bajo la cama. Flexiono las piernas y apoyo las rodillas desnudas en la madera. Levanto las sábanas blancas y acerco el rostro al suelo. Veo las zapatillas, de ellas salen un montón de palabras corriendo. Algunas se abrazan aterrorizadas. “Vacío” coge de la mano a “oscuridad” y la arrastra hasta detrás de una de las cuatro patas metálicas. “Inquietud” que teme a la soledad, corre y choca contra sus compañeras y con su torpeza provoca un sonido frío que tintinea y hace que “nerviosismo” que está algo más a la derecha, tenga que taparse los oídos para proteger sus tímpanos.

Mientras, en la pata contraria, dos palabras menores, inocentes y ajenas a lo que ocurre giran sobre el metal haciendo piruetas acrobáticas, puedo escuchar sus carcajadas, veo sus cuerpos caer y morir de risa.

Cojo las babuchas a las que mi padre gustaba llamar chanclos y las agito con el fin de cerciorarme de que no pisaré a ninguna de las criaturas verbales.

Colgada de la goma veo aferrarse con uñas y dientes a la palabra “imaginación”, me enerva. Agita sus largas y flacas piernas intentando no caer y morir aplastada. La observo con detenimiento y en un alarde de crueldad dejo que mi aliento la balancee, soplo y veo como sus faldas se alzan invisibles. “Imaginación” me mira con desprecio, mientras aprieta más y más sus finos dedos. Mantengo la zapatilla en alto y le sonrío lacónica. Me pregunto que haría Cocteau o Arlt en una situación similar, no es fácil tener a la imaginación en la suela del zapato.

El vecino extranjero comienza a martillear la pared con una cadencia constante. No sé si cuelga cuadros, descubre ladrillos o derriba muros pero los golpes se clavan en mi cerebro como un estilete lo haría en la carne de su víctima.

Como por arte de magia la palabra “silencio” salta sobre mí y me obliga a soltar la zapatilla, el fieltro gris cae e “imaginación” corre liberada y se pone a salvo. Me indigno. “Silencio” zarandea mi cabeza y atraviesa mi cara de derecha a izquierda y más tarde de izquierda a derecha. Se encuentra con la boca, con unos labios que en otro tiempo fueron carnosos y ahora muestran un gesto decaído, el retrato de mi tristeza custodiado por mis dientes. “Silencio” se crece en su afán de darme mi merecido y me clava sus garras hasta que me provoca el llanto. Cierro los ojos y abro los dientes. Entra a mi lengua y se instala en ella. Edifica una ciudad, una ciudad muda, rodeada por muros infranqueables. Coloca entre mis dientes el tronco de un árbol que saca de su chistera como si fuera un mago y baja por mi cara, deslizándose por mis pómulos. Siento el cosquilleo de su cuerpo 12 entre los dedos de mi mano. Con la boca abierta saboreo la corteza y reconozco el gusto del roble, la observo corretear bajo la cama, contonear su vestido Times Roman. Mi saliva comienza a gotear y dibuja un serpenteante río en el que las palabras infantiles se dan un baño. Las adultas han salido de sus escondrijos y se han reunido en grupos. “Silencio” busca a “imaginación” y no la encuentra, pregunta a sus compañeras. “Oscuridad” niega con su negra sombra. “Inquietud” intenta calmarse dando vueltas en círculo con su triciclo pero tiembla y pierde el equilibrio.

Después de una larga hora, “silencio” desiste, decaído y apático trepa como puede sobre mí, me recorre y se interna de nuevo en mi boca, le da una patada al tronco que cae cerrando la cueva y dándome en el dedo meñique de la mano derecha. Entra a su ciudad muda dispuesta a pasar los días de espera en mi lengua. Yo me incorporo y me siento en la cama, bajo ésta se escucha corretear a algunas palabras, a otras chapotear en el río. Coloco las zapatillas en los pies y me resigno.



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