martes, 12 de julio de 2011

El calor



Fotografía de Andre Brito

Un calor apasionante comienza a caminar sobre mis piernas.

Al llegar a las rodillas se transforma en un guante de plástico duro,

de esos que se usan para protegerse las manos

mientras uno friega los platos y vasos sucíos.

Está húmedo y me coge como si tuviera miedo a caerse.

Sus movimientos empiezan a resbalar por mis muslos

deslizándose como una araña por su tela.

No puedo quitar la vista del dedo medio,

parece muy nervioso y excitado.

El dedo índice se mueve con espasmos.

Indeciso da un paso adelante y otro atrás.

Poco a poco los cinco dedos avanzan

y mientras ellos lo hacen yo retrocedo.

La luz da paso a la oscuridad.

Me convierto en el puente que une el delirio con la alucinación.

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